Irene Valarezo Córdova (Ecuador) – El deporte me ha devuelto la vida

17/06/2022

En este blog, Irene reflexiona sobre su relación con los deportes al crecer en Ecuador y comparte cómo el recibir apoyo para probar el atletismo ha transformado su vida.

Hola. Mi nombre es Irene Valarezo Córdova, tengo 30 años, y actualmente vivo en Quito, Ecuador. Soy internacionalista y politóloga, mujer con Parálisis Cerebral y activista por los derechos de las personas con discapacidad. Además, soy la única mujer con Parálisis Cerebral que hace velocidad adaptada en mi país.

Vine a este mundo en un cuerpo nada convencional, que rompe todas las reglas y sale del cuadro de la normalidad, que se mueve distinto y que está lleno de movimientos involuntarios, un cuerpo que ha provocado asombro y desvíos de miradas o miradas compasivas.

Desde siempre, he estado rodeada de estereotipos y paradigmas sobre lo que significa ser una persona “normal” en un cuerpo “normal”. Muchas de esas ideas fueron los argumentos que tuvieron los médicos cuando les dijeron a mis padres que “la niña solo vivirá 6 meses de vida; y si sobrevive, no podrá comer, no podrá caminar, no podrá correr, no podrá tener una vida “normal”.

Hice rehabilitación física desde muy pequeña, aprendí a caminar cuando tuve 5 años, pero durante los recreos en la escuela o en las clases de Educación Física, solía quedarme sentada en la banca porque, según los profesores “yo no podía jugar como los demás” y corría el riesgo de lastimarme. En realidad, pienso que en el Ecuador de hace 15 o 20 años atrás, era poco probable imaginar posibles adaptaciones para que las actividades físicas, los juegos y los deportes sean realmente para todos los niños.

Por ello, mi actividad física, por mucho tiempo, se resumió en mis horas de rehabilitación. Sin embargo, a medida que fui creciendo, me di cuenta que la rehabilitación no llenaba mis expectativas, no me hacía feliz, no complementaba mi persona; y de manera indirecta yo sentí que seguía aprobando un discurso médico que me parecía incorrecto.

Esta situación de incomodidad, de inconformidad fue mi impulso para pedirle a mi fisioterapeuta de aquel entonces, que me enseñe a hacer otra cosa. Y le dije, “necesito sentirme libre, yo quiero correr. Por favor, enséñame a correr. Y a mis 23 años empecé a correr alrededor del parque. Unos años después, me di cuenta que aún no era suficiente y decidí subir de nivel y buscarme un entrenador que me explote todo mi potencial. Así que, desde mis 29 años corro a nivel más profesional.

Con mis entrenadores hemos adaptado todos los ejercicios para que yo los pueda hacer a mí manera. También desde hace un año, conocí la disciplina deportiva denominada Race Running o Frame Running, cuyo enfoque se centra en que las personas con Parálisis Cerebral podamos correr. Este deporte adaptado consiste en correr con un triciclo sin pedales, que se llama Race Runner o Frame Runner y da soporte a los miembros superiores para que la persona mantenga su equilibrio y pueda mover más rápido sus piernas.

Pues sí, ahora estoy buscando incursionar en Frame Running y con ello, inspirar a más niñas y niños con Parálisis Cerebral a correr, aunque se presenten obstáculos, aunque todo el mundo diga que es imposible. Sí es posible, con las condiciones y adaptaciones necesarias.

Si me preguntan, el deporte me ha devolvuelto la vida. Sinceramente, nunca imaginé ser esa mujer con parálisis cerebral que se atreva a correr en este país, porque siempre me dijeron que debía caminar despacio para no caerme, literalmente. Pero aquí estoy, convencida de que primero debemos caminar para dejar los miedos y luego correr tras los sueños, las metas, los objetivos.

Y no olviden:

Yo quiero correr.

Atentamente,

Irene Valarezo Córdova.